viernes, 28 de diciembre de 2007

Sibonei

No sé si sea el efecto residual de tanta película navideña o que con tanta celebración a media noche he recuperado el insomnio, pero no puedo evitar pensar que si para algo sirven estas fechas es para desalentarse y no por no poder comprar todo lo que parece obligatorio sino por ver la manera como la gente tiene que programar en su agenda cuando hacer manifestaciones de afecto.

En un día cualquiera del resto del año esas personas que se cruzan a nuestro paso sólo son el entramado de algo estático que son nuestros deseos. Entonces la intensidad de la relaciones es medida por la capacidad de satisfacer nuestras expectativas. Estamos obsesionados con la intensidad de todas las experiencias hasta el punto de agotarlas. Nos volvemos adictos a un conjunto de emociones que luego el vínculo químico nos impide abandonarlas y como existe la posibilidad de sentirse bien por comparación, ubicándose en un índice porcentual siempre va a haber alguien en peor situación y en contraste todo anda bien.

No es un elogio a la amistad ni a las redes sociales sino a hablar cara a cara. Frenar, detenerse, y sinceramente interesarse por la vida del otro, no para comparar, juzgar o intervenir sino para sentirse conectado no como en facebook sino de verdad. Nada reemplaza las relaciones humanas y cuando a uno le interesa alguien lo busca así ya no comparta nada con él.

viernes, 21 de diciembre de 2007

Fronesis

Para la persona común y corriente que vive creyendo que la inspiración no va con ella es porque no intenta aprender del mundo. Está hipnotizada con el montón de trebejos de la vida moderna. Se frustra por lo que dicen que debe tener y no consigue, cree vivir en la mediocridad y se rinde. No deja salir a la superficie esa cualidad natural por el misterio, por saber que hay algo por debajo de lo que ve.

Deja que pase el tiempo y después de diez años espera que su vida sea totalmente diferente, pero en el fondo subyace un entramado que siempre se mantiene y cree que no lo puede reemplazar porque se siente hecha de esos detalles específicos.

Cree que el mundo es un escenario lleno de cosas que siempre están allí incluso si dejara de existir, pero no son más que posibilidades que se configuran con la experiencia particular incluso simultáneamente en el tiempo si simplemente las recuerda.

Al cambiar las ideas cambian las elecciones y estas al cambiar modifican la vida; para algunas personas es simplemente como cambiar de cereal: determinan la realidad mientras la observan, entienden que el mundo es un conjunto de franjas potenciales de realidad hasta que son elegidas.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Huneker

A medida que la gente envejece se va dando cuenta de que con el paso del tiempo un cerebro más maduro se va adaptando a las condiciones que va imponiendo el entorno porque lo considera ya aprendido. Es como cuando tenemos mucha hambre y aguardamos en el restaurante un plato enorme rebosante de comida, pero vemos cómo se acerca una modesta versión de lo que esperábamos con la predestinada conciencia de que va a ser necesario luego un postre o algo más, sin embargo, a medida que los ojos pierden autoridad frente el paladar entendemos que la porción era justo lo que nuestro cuerpo requería, ni más ni menos. No es que el cuerpo quiera menos o que la mente se halla convencido de ello, es que ha modificado su deseo a medida que se da cuenta que la satisfacción no se hace de cantidad. Evoluciona, lentamente deduce que nada es lo que parece.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Joulupukki

La finitud de la vida misma nos confirma el hecho de que nada dura para siempre, sabiendo esto por qué es tan difícil vivir las tristezas con la absoluta conciencia de que tarde o temprano acabarán y de que algo bueno dejarán, así como también lograr vivir las alegrías con mucha fuerza antes de que efectivamente lleguen a su final.

Por supuesto que el conocimiento de estos temas no garantiza que nos volquemos sobre la infelicidad con ahínco y que no dejemos pasar los buenos momentos sin inmutarnos.

Cuando se es más joven es común concentrarse en los aspectos negativos de la vida, en que todo parece una sin salida o puede mejorarse; luego esas mismas cosas parecen oportunidades y al reconocerlas se viven lentamente, degustándolas, saboreándolas, dejando la mitad para el otro día para no perderles gusto, para alargar su deseo.

viernes, 30 de noviembre de 2007

Guayaba vs toche

Todos esos intentos por ver hacia adelante ya sea por parte de la física cuántica como por el esoterismo nos hablan de la necesidad del hombre por sentir que su vida no depende enteramente de su libre albedrio. Ver al pasado pero no cambiarlo, no ver el futuro pero si modificarlo.

La gente pide constantemente que no la dejen sola con su vida, que un examen genético decida al comienzo de sus días si va a tener un buen destino o un dios si su alma es pura al final de ellos. Abrazar la esperanza de que si lanzamos una roca al mar el movimiento de las ondas sea útil para estabilizar al universo.

No pretendemos ver el futuro como en una ventana que nos muestre lo que irremediablemente forjan nuestras decisiones sólo para cambiarlas esperando una sorpresa, queremos no tener toda la responsabilidad cuando algo sale mal, delegar un poco de carga para sentir que no todo depende de lo que hacemos. Es una manera de complicar la vida y a la vez de hallarle un sentido, de verla incompleta para hacer algo con ella.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Capacocha

Honestamente el rostro de esta persona manifestaba más dolor del que jamás había visto en cualquier payaso de circo, no con esa rabia contenida que al explotar destruye, ni esa exasperación latente que todo lo salpica con mala leche. Era como una tristeza de café y cigarrillo al desayuno, como la desazón propia de la cotidianidad, la desesperanza conseguida cuando el tiempo pasa sin felicidad.

Miraba entonces sus facciones, deteniéndome en esas fuertes marcas en la frente y en la comisura de la boca pensando en lo mucho que le serviría un ángel de la guarda, que lo escuchara, que lo empujara a vivir y que le dijera frases ingeniosas para reírse de la vida misma. Me lo imaginaba susurrándole al oído única y exclusivamente lo que quería escuchar, eso que la alienación de los recuerdos le impedía oír.

Por supuesto no ese ángel estereotipado de la túnica blanca, aureola y mejillas coloradas, no, tampoco del tipo de hada que manipuló a Pinocho. Era más la imagen del cantante de un grupo de rock inglés de los sesenta, con ojeras de parranda, barba canosa y cola de caballo, dientes amarillos de tanto fumar y una risa estruendosa. Pensaba que los consejos al no poder hablar de valores morales elevados que buscaran la exaltación de la virtud serían más valiosos por hablar desde la experiencia, una disección descarnada de la realidad, una maldición de por medio y tal vez una poco documentada euforia por el riesgo.

Seguro que nadie puede decirnos sobre nuestras posibilidades más de lo que ya está dentro de nosotros, pero cómo hace de falta escucharlo de otra boca.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Giro de 0˚

Existe un raudal de trabajos que la gente del común cree que con la suerte adecuada y el tiempo disponible podrían realizar, sea porque parecen fáciles de aprender o porque habitualmente las ejercen absolutos ineptos. Con todo, la labor del artista está por encima de ello. Se cree que lo genial requiere condiciones excepcionales para surgir.

Antiguamente la obra hablaba por sí misma, tenía la capacidad de perdurar y empapar con su esplendor la procaz vida del autor. Ahora la vida del genio y sus avatares se vuelven tan importantes como el producto. Ya sea por la necesidad de adorar y desbaratar ídolos o por la creencia que los rasgos de la personalidad pasan sin filtros a la obra. La idea romántica del artista infeliz, solitario y amargado compite ahora con la de la estrella polifacética de los medios.

Puede que una serie de eventos desafortunados durante la infancia forjen la depresiva personalidad de una persona que de adulto logre ser un sensible artista. Puede ocurrir que la tan elogiada musa de la inspiración sea reemplazada en épocas recientes por el golpe del estrés una noche antes de una entrega. Sea como sea el arte logra abrirse paso ante la contrariedad como una manifestación de la existencia ante circunstancias adversas, como una necesidad tan primordial como comer. Todavía existe un terreno virgen en el que los días no se consumen yendo a la oficina o pagando facturas. En el que a Charlie Brown no le dejan patear la pelota y al monstruo de Frankestein no le permiten vivir.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Astofagasta

Abrimos la carta, sin afanes, como si fuera una declaración de principios del chef de la cual daremos plena aceptación al ordenar algo. Pasamos por los entremeses, ensaladas y bebidas apenas para decirle a las glándulas salivares que comiencen a trabajar. Con una mezcla entre necesidad y deseo dejamos que en el cerebro un sinnúmero de imágenes -con suerte- desconocidas se mezclen en algo que se podría denominar expectativa. De entre 15 o 20 opciones dejamos que nuestro libre albedrío (léase: cultura, fetiches, ignorancias y ganas) elija. Pero, y es aquí donde vale la pena examinar nuestra libertad: justo cuando jugamos con el antipasto, un maîtres que casualmente ni nos mira pasa por nuestro campo visual con una bandeja llena de platos que ahora sí deseamos. Un reproche suena desde adentro y una voz conciliadora dice “otra vez será”. Pero eso no importa mucho porque si algo no es nuestro, si escasea o si está prohibido lo queremos.

Continuará...

viernes, 2 de noviembre de 2007

Tatami

Es totalmente valido sentir orgullo por lograr idioteces en un mundo donde cualquier aspecto de la convivencia puede generar competencia.

Es una extraña habilidad muy desarrollada para pasar por alto las limitaciones o, en el mejor de los casos, el instinto de supervivencia sobredimensionado por la abundancia. Entrar a un restaurante después de solamente 30 minutos de espera. Tener un confortable apartamento de 50 m2. Empaparse de vida callejera rodeado de ruido y suciedad.

Es la capacidad de adaptación llevada al patetismo urbano o la imaginería de Van Gogh llevada al absurdo, sin filtros de realismo. Nadie lo sabe, pero algo está claro: rescatar Halo 2 en una noche no hace a nadie más ágil mentalmente, sólo mejor preparado para la tercera parte.

viernes, 26 de octubre de 2007

Queretaro

Existe una natural tendencia por en un momento dado colocarse del lado de los perdedores, ya sea cuando una humilde anciana se enfrenta contra una multinacional o cuando un mediocre tenista disputa contra el primer abonado.

Puede ser porque al sentirnos personas del común nos identificamos y vemos como una posibilidad encontrarnos en una situación igualmente desventajosa de la que quisiéramos salir vencedores. Puede ser ese espíritu heroico que nos dice que sólo lo que cuesta sudor y lágrimas es merecido. O simplemente por ternura o lastima hacia el desvalido. Sea cual sea la razón pocas veces el que va perdiendo resulta ganador, pero cuando sucede es como si una empaquetada lección surgiera de la banalidad, como si de la idiotez de la competencia misma manara un prístino valor de supervivencia.

viernes, 19 de octubre de 2007

Netiquette

Así como antiguamente se llegaba a conocer de verdad a una persona viéndola comerse una naranja, ahora en esta sociedad de los cafés al aire libre el rito ha sido trasladado a la estrategia del manejo de las migajas. Porque así como es imposible resistirse a los hojaldrados también lo es comer sin con cada mordisco arrojar cientos de eslabones de harina por el aire.

Es como una forma de leer el tabaco sólo que aquí ni el pasado ni el futuro cuentan. Partiendo del hecho de la inevitabilidad e inalienabilidad de las moronas hay para todo: Los que con un bocado planeado las evitan inútilmente. Los que pareciera que se solazan en su reguero. Los que se concentran tanto en ir cazándolas con la última falange del dedo índice que olvidan su compañía. Los que acercan la bandeja a la boca para que allí caigan. Los que las recogen en la palma de la mano y se las llevan a la boca sazonadas con el limpiador de la mesa.

Se podría decir que hay tantos métodos como trenzas, roscas, tostadas, tortillas, cocas, monas, mantecadas, tortas, tartaletas, postres, barquillos, biscochos, obleas, pastelitos, galletas, ponqués, etc.

Que hambre.

viernes, 12 de octubre de 2007

Mazel Tov

Pese a que hay ocasiones en las que una magdalena nos transporta a miles de kilómetros al instante en el que las cosas no eran tan liadas, otras ni una hoja escrita con nuestras manos logra hacernos regresar a un deleite pasado.

Recogemos durante la vida una cantidad enorme de experiencias esperando que en algún momento de manera consiente sirvan para algo o de manera inconsciente nos hagan llorar. Recogemos diamantes en una isla desierta esperando el rescate, atesorando momentos para sentir nostalgia.

Ciertamente lo que no deja huella desaparece como si no hubiera ocurrido para regalarnos el placer de repetirlo. Uno olvida para de nuevo volverse a sorprender, para sentir que lo que se desconoce es más importante.

Haciendo rayitas en una pared de la memoria es posible sentir la lejanía del tiempo y se hace tan difícil volver a empezar, resetear el cerebro y disfrutar, no sentir un decaimiento porque el punto de comparación se queda quieto.

viernes, 5 de octubre de 2007

Fach

Para algunos la vida cambia constantemente, cada día todo comienza desde cero y las experiencias aprendidas se amontonan por salir a la luz en poco tiempo, piden un respiro y cuando finalmente lo tienen se fastidian.

Para otros permanece siempre igual, sienten que los días se hilvanan uno detrás de otro sin emociones, sienten que necesitan algo nuevo pero no hacen nada para conseguirlo, se desesperan pero no gritan y lloran sin saber por qué.

Cada una es una manera particular de mirar el mundo focalizándose solamente en la iteración de los latidos del corazón ya sea muriendo lentamente para no gastar el aliento aún cuando se consuma sin razón o sorbiéndolo a toda prisa hasta atragantarse. Es como elegir entre morir heroicamente ahora mismo haciendo algo meritorio o fallecer dentro de veinte años atorado con un champiñón dejando tras de sí una sopa sin terminar.

Como hoy en día todo es una construcción cultural e incluso lo que parece evidente se arregla con Photoshop, podría parecer que las sociedades que engendran devoradores del tiempo son unas y las que dejan aparecer telarañas en sus ilusiones son otras. Ahora que lo que se ve es mediado por los vicios de la inteligencia, la realidad es tan sólo un punto de vista tan respetable como cualquiera.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Ferrane

En la barra de un bar, de esos en los que no se oyen muchas voces, los ojos de algunos recorren los rostros intentando adivinar sus pensamientos, otros sin embargo miran el humo, las botellas, el vacio, con la mente tan blanca como puede estar sin dejar de respirar.

Pocos aceptan la idea de que la apatía es al final de cuentas un valor en estos días y aunque un solo acto no define una personalidad si la caracteriza, así que llega el momento en el que la vida ajena importa un ardid.

En un mundo en el que un pequeño porcentaje de la gente arma necesidades culturales a medida que más tiene y la mayoría no sabe ni siquiera que es una necesidad el desinterés por el prójimo llega más que por costumbre. No sólo por el que arrastra una bolsa de fique llena de cartón sino también por el que conduce un Mazda queriendo un Audi.

Las personas no simplemente están locas, creen que tienen una razón para salvar vidas y para acabarlas, que sería del arte sin tanta inspiración. Existe la realidad antes de verla e incluso si nunca la vemos.

viernes, 21 de septiembre de 2007

Tianguis

Nuestra relativamente corta permanencia en el mundo nos hace pensar en la vida y en la muerte, sin un telón de fondo que permanezca mientras nacemos y morimos tendríamos una concepción de lo eterno diferente.

La naturaleza estaba antes que nosotros y permanecerá cuando nos vayamos, sólo lo que consideramos bajo nuestra mirada crece y decae.

El ciclo constante que nace del deseo hasta la satisfacción, pasando por el esfuerzo hace que se torne penoso nuestro peregrinar.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Flack

Un hombre cualquiera dedica su vida a hacer las cosas que cree están bien porque su padre se las enseñó o porque su ausencia hizo que las adoptara, un día ve como sus actos se salen del cauce normal, sus manos mueven objetos de una manera inusual y las palabras se desprenden en combinaciones inesperadas; ha surgido la mentira y el engaño, que por el momento y ante los demás tiene un periodo de incubación que con suerte nunca engendrará.

Pero está la conciencia, ese desvarío de la mente pendiente de lo inconcluso que no da espera: en la noche antes de dormir y muy a su pesar compara sus actos y concluye que o toda su vida ha obrado mal o lo bueno se torció, pero sin duda ha cambiado. Lo que siente a través de sus sentidos entra en conflicto con sus recuerdos y se hace complicado torcer un pensamiento profundo conseguido a través de reflexiones y catalizadores que ayudaron en algún momento para sobrevivir.

Cuando se analiza el esfuerzo puesto en la consecución de un objetivo esta parece más importante y valedero pero cuando se evidencia su falta de sustento parece mentira tanto desperdicio y tanta ceguera. Dejar de lado una idea arraigada es como convertir la muerte en el pilar de una ética particular.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Montserrat

Caminaba por las calles de esta ciudad con unos tapones fosforescentes en los oídos no tanto para ocultar los sonidos de la urbe sino para escucharme a mí mismo: los latidos del corazón acompasados con el ritmo de las pisadas de personas esquivándose para alcanzar a almorzar antes de volver al trabajo. Lamentando no tener párpados en los oídos para dejar por fuera las cosas, para dejar de sentir. Se podría decir lo mismo de la nariz pero en medio del humo de los carros un buen perfume a veces sorprende.

Y me quedé en esa esquina parado cuando el hombrecito de halógeno verde ordenaba moverse mirando a toda esa gente viendo-no viéndose, esos rostros inmersos en sus propios asuntos, otros conectados uniformemente a lo que semeja un momento por fuera de cuatro paredes aunque el exterior sea también de hormigón. No se trata de una nostalgia por la naturaleza, porqué sí tiene encanto vivir aquí, no es una condena, porque hay alamedas, parques y hasta potreros, es que incluso entre tantos rostros grises hay cemento de colores.

Las luces brillantes por las noches se abren paso entre el humo de los cigarrillos en un estanco con olor a cebada rancia tras el tintineo de unas argollas de rana mientras al fondo un trío aguardientoso de guitarra toca algo desesperadamente anacrónico entre tanto universitario. Nadie levanta la mirada para descubrir cosas interesantes más allá de lo que deparan las vitrinas. La nueva arquitectura se disfraza de ladrillo como si fuera una herencia local.

Es la misma esquina y aún cuando nadie se dé cuenta comienza de nuevo a amanecer con el mendigo arropado con periódicos viendo pasar el carro negro escoltado bajo ese sol que se cuela por entre la montañas, Las busetas comienzan a sonar esa advertencia de que un día entero parado allí es mucho más que voces de gente esperando para cruzar.

viernes, 31 de agosto de 2007

Ataraxia

Desde que te despiertas en la mañana hasta que pones la cabeza en la almohada ocurren muchas cosas: amanece el pensamiento inmerso en el color de las sabanas unos segundos antes de que suene la alarma, el agua cae con más placer que obligación y cada uno de los entes que se cruzan en la calle parece llevar una sonrisa puesta; días en los que parece que cada una de las decisiones tomadas fueron consecuencias simples de la serenidad.

Es una dosis extra de felicidad que agregada en el desayuno provoca una tímida euforia capaz de ocultar la idiotez acelerante de la cotidianidad. Se parece a la morfina que permite una risa mientras nos acomodan un hueso, es como una ebriedad de sol, una alegría sin gasolina, sin ganas de empujar el mundo, tranquilo.

Claro que lo que se ve, se huele y se oye de manera cotidiana puede activar de forma selectiva metas o motivos que las personas ya poseen. El subconsciente sugiere y el cerebro actúa.

Y así como hay helados sin cerezas, existen expertos de la imperturbabilidad. Personas que logran extrapolar sus acciones en perfecta transición con el paisaje externo. No sólo dicen lo que piensan sino que hacen lo que quieren porque aún previendo las consecuencias no se sobrecogen por lo que no ha pasado, por lo que no depende de ellos. Les puede venir el mismo golpe de la misma dirección varias veces y lo reciben porque esperan una sorpresa, no se lamentan por lo que ya pasó ni hacen cara de tragedia por no tener un plan.

viernes, 24 de agosto de 2007

Khubz

Minutos después de conocer a alguien se colocan cada uno de los elementos que se perciben en una base de datos llena de estereotipos y con una sencilla operación aritmética decidir si es de confianza o no. La respiración, el tono de voz y el acento, el color de su pantalón, lo gastado de sus suelas o si se afeitó. En unos pocos segundos leemos una cantidad enorme de gestos para emitir un concepto.

Diferentes costumbres, al hablar, comer, dormir, contar el cambio, acatar los límites del espacio personal, dar propina o hacer fila da pie para clasificar. A pequeña escala de excéntrico hedonista al que llama la atención y a gran escala a los hombres de promiscuos.

Pero las personas no son siempre las mismas, esos que parecen absolutos cabrones lloran con Bambi, los banqueros cuentan con los dedos, hay negros que no saben bailar y los argentinos no son tan estirados. Existe algo básico en la personalidad de cada quien, algo que sólo varia bajo amenaza o con la boca llena de chiles picantes, el resto es una trama móvil de partículas que florecen de acuerdo a escenarios que obliga a ser repetitivos.

Se espera un brillo especial en la mirada para marcar con tinta indeleble un momento o un pedazo de espinaca en un diente para borrarlo. Puede ser un método para recibir una sorpresa o para no dar confianza.

viernes, 17 de agosto de 2007

Pintura en madera

A veces el tiempo se detiene, no avanza ni se devuelve, no hay recuerdos ni sueños, lo que se ve es lo que se tiene.Como en un elaborado efecto de Hitchcock el entorno se abstrae en pos del objetivo. La imagen se queda inmovil y una nota sostenida marca la ingravidez. Los colores se matizan en tantas escalas que se hace imposible describirlos. Provoca mareo tanta realidad. Es como si nos rozara un asteroide sin matarnos, la vida se convierte a partir de ese instante en una plegaria de ese momento, porque da miedo morir pero más vivir sin un propósito.

Sabemos los dialogos, los movimientos de cámara y de donde viene la luz pero en el momento indicado una risa nerviosa se congela en el rostro. Enfocar la escena perfecta en un ángulo especial, determinar la velocidad y la amplitud de obturación, todo listo pero nada ocurre.Nunca es suficiente tanta vida para acabarla dignamente.

viernes, 10 de agosto de 2007

Kalashnikov

Existe la innovación democrática? Una interfaz, un menú y un sonido. Parecen tantas las opciones que se crea la sensación de que lo que se tiene es verdaderamente personalizado, que en medio de la globalización existe algo único. Incluso si esto no es suficiente se puede ir a la raíz, desarmar para poner o quitar lo que el creador nunca imaginó.

No importa si lo que existe se adapta hay una necesidad por la diferenciación aunque se arriesgue la configuración básica. Secuestrar la tecnología para llevarla en otra dirección. Es como la extensión al mundo real del contenido generado por los usuarios en las comunidades en línea, rasgar aquí, pegar por allí y no dar crédito a nadie ni a nada. En cierto nivel los cambios son tan sutiles que los derechos reservados parecen flexibles. Mezclar zen con art deco y una remington con LCD.

viernes, 3 de agosto de 2007

Ephémères

La mayoría de los actos humanos se llevan a cabo porque en determinado momento parecen relevantes. Entonces con empeño, tiempo y dedicación se llevan a buen término. Al final viendo las cosas en perspectiva llega el conocimiento del tiempo perdido, de que lo que se hizo no sirvió para nada porque nació sin propósito. Es como tener un gusano de la persuasión sin ningún criterio gerencial tomando las desiciones.

Esto, por supuesto, no vale para el entretenimiento que es una manera estilizada de dejarse envolver por el letargo con la sabiduria absoluta de lo que se está haciendo. La vida entera se trata de ocuparse lo suficiente para tener la inconsciencia de que los actos no son sublimes, de que hay un determinado nivel de energía para gastar sin importar en qué.

viernes, 27 de julio de 2007

Moussaka

El marketing publicitario ha arraigado en el subconsciente que el lapso de disfrute de algo adquirido llega a su fin con una nueva versión aún cuando haya cambiado nimieces o sea innecesario per se. Lo más nuevo no siempre es lo mejor y no sólo en lo que tiene que ver con tecnología, en general con los artefactos que nos rodean a diario.


Hay productos que parecen perfectos que cuando se busca reemplazarlos por deterioro ya no existen o son irreconocibles bajo capas de curvas y acabados metálicos mate. De esos momentos fugaces del diseño quedan sólo las añoranzas y la decoración retro porque el mundo en constante evolución se sincroniza con lo nuevo, cabe en la misma cartera y combina con ello.

El torrente de innovación tiende a lo desechable, abandona la nostalgia por sentir que todo avanza y debe ser sustituido igual que la gente cuando envejece.

viernes, 20 de julio de 2007

Tiktaalik

En estos tiempos que corren donde hay un desmedido interés por la imagen es sencillo encasillar a las personas en un puñado de estilos que vienen con cada temporada. Tal como los colores, las telas y las formas; también las actitudes, los gestos y las opiniones forman una galería de lo que socialmente está permitido e incluso valorado.

Y es que aunque pasen buena parte de la vida aprendiendo y practicando unos valores y unas técnicas más o menos efectivas para sobrevivir hay quienes configuran su ser a partir de lo que los demás esperan que sean. Es así como adoptan las características que consideran más atractivas de sus conocidos y las repiten.

Más allá de un análisis sicológico que hable sobre dependencia, sugestión o falta de carácter realmente son individuos que arman su vida con retazos de otros ya sea porque no han logrado crear algo que los llene o porque por comparación se sienten inferiores.

Aunque la originalidad no es una característica de la raza humana y la innovación nace a partir de lo desgastado. Es complicado hallar la línea que divide a una personalidad que busca su propio camino cuando al fin y al cabo le gusta la misma música, cine y comida que miles a otra que lía los bártulos con cada cambio de viento.

viernes, 13 de julio de 2007

Cordelia

Puede estar la vista fija en un punto o buscando en el lado derecho del cerebro un recuerdo, como una puerta en el presente para tratar de digerir lo vivido cuando es demasiado complicado y se necesita más del tiempo que tardo en suceder para conectar las cosas, para hallar las causas de lo que viene y las consecuencias de los que se va.

Razonando o sintiendo se llega al mismo punto de partida cuando las más de las veces la primera idea es la más lúcida. La vida cambia todos los días y lo que parecía grave o definitivo ya no importa. Cuando nos responsabilizamos de las cosas se siente que nada es gratis y que las palabras pesan demasiado.

Deliberadamente necesitamos crear murallas en nuestra mente para ser capaces de prevenirnos de pensar que el mundo está totalmente en caos. Los extremos nos obligan a enfrentar lo más alegre y lo más triste para poder olvidar y seguir viviendo.

viernes, 6 de julio de 2007

Humani Generis

Hace tan pocos años que condenaron a Galileo por afirmar que la tierra no era el centro del universo que parece cómodo entender a la espiritualidad humana -léase creencias religiosas- como el componente etéreo motor de la vida y que organiza y da sentido inmortal a la existencia. Incluso quienes no son fanáticos se alejan del pensamiento netamente materialista de que todo en nuestro interior se puede explicar físicamente.

Evolucionamos lentamente desde una única célula pasando por el pez que decide caminar y el chimpancé con organización social; apenas ayer nos erguimos y hoy nosotros tenemos alma y el resto de los animales no. Necesitamos acariciar la sensación de que somos criaturas sobresalientes y no una suma de azares y mutaciones provocadas por las condiciones del entorno.

Ninguna capacidad humana es exclusiva sólo resaltada en nuestro contexto sociocultural. La empatía, la aversión y la alegría son desencadenados por la expresividad de un gen. El cerebro y el sistema nervioso forjan la moral. Los sentimientos se alojan en una célula igual a la hay en cualquier ameba. Ser racional no debería ser incompatible con sentirse único, entender los procesos químicos de nuestro cuerpo no nos impide tener una mente lúcida, tranquila y cultivada.

viernes, 29 de junio de 2007

Focus

Tenemos durante la vida la ocasión de encontrarnos con situaciones y personas que creíamos ya olvidadas, asuntos pendientes volver, y el destino permite que conscientes o no actuemos de manera diferente y mostremos que algo aprendimos. No importa después de cuantos años los ciclos se repiten y con cara de estúpidos enfrentamos lo que creemos es pasado sin entender que si son los mismos ojos o si es el mismo escenario es un juego nuevo con reglas totalmente diferentes.

Entender que la vida no es lineal no nos previene de volver a cometer los mismos errores, permite disfrutarlos o sentir un Déjà vu al hacerlo. Todo es una especie de espiral con círculos concéntricos enfocando poquísimos puntos, millones de personas comparten las maneras de actuar y decidir. No sólo la moda se repite, existe un pulso invisible que cuando actúa nos vuelca la vida, entonces cuando aprendemos a mirar el mundo de cabeza vuelve a vibrar.

Crecer no es más que acumular recuerdos y soñar con cosas parecidas. En medio del desorden del color de la vida es preciso agarrarse de lo que retorna, de las fechas y rutinas. Las tramas no se cierran se dejan pendientes es como ser incapaz de perder algo excesivamente propio. Sólo al final, en perspectiva se sabrá que pedazo de lo recorrido se parecía a la eternidad.

viernes, 22 de junio de 2007

Performer

Por un lado creo que bajo las condiciones adecuadas de poder o desinhibición cualquiera podría ser capaz de las acciones más atroces no para sobrevivir sino por la simple posibilidad de salir impune. Claro que existe la ley moral por la que encerraron a Thoreau pero esta funciona de todos modos bajo un consenso social. Por otro lado, con cierto temor de que sea cierto, pienso que en un estado medio, sin preocupaciones viscerales se posee de manera latente varias personalidades. Partiendo un poco del Dr. Jekyll y Mr. Hyde hay un ser bajo nuestra piel con las manifestaciones más bajas (no contrarias) de nuestros deseos, las expectativas y sentimientos que en la mayoría de las personas nunca logra salir a la superficie ya sea porque nada las hace explotar o porque existen suficientes paliativos para manifestarlos como traumas reprimidos inofensivos.

De manera similar a como construimos nuestra personalidad la historia en perspectiva que tenemos de nuestra vida se hace de recuerdos. Los creadores tienen la ventaja de catalizar sus neurosis a través de sus obras, de exteriorizar lo que los define. Pero en la vida diaria no somos más que versiones de lo que aprendimos a ser; como un abanico de máscaras disponibles para diferentes públicos, tan opuestas como contextos se alternen.

A veces los problemas parecen parte de nuestra personalidad y esto se revive como una adaptación continua que nos desdibuja; otras con una actitud de redención el enemigo se ve como algo externo que aparece de la nada y se vence en una batalla decisiva que le da importancia al poder propio. Las historias y su tono cambian gradualmente con el tiempo: los hechos importantes y el estado de ánimo las reinterpretan.

viernes, 15 de junio de 2007

Silk Road

La ciudad moderna es algo así como el resumen del desarrollo humano. Se supone que nos define como vigentes la cantidad de cemento y acero traspasado por vidrio en donde lo verde debe pedir permiso, pagar una cuota por un poco de sol y unos centímetros cuadrados de tierra negra.

Ante la banalidad los rostros que se cruzan por la calle tienen marcada una mueca estándar de desasosiego (el ceño fruncido y la boca como una U invertida) que les impide ver a los demás como un espejo de si mismos.

No se trata sólo del seguimiento estricto de los pecados capitales ni mucho menos la falta de tolerancia es una clase de violencia contenida, como algo oscuro instalado en el inconciente a punta de injusticias, algo listo para salir con una mala mirada del consenso de quien cree que no existe porque no lo ven.

Es una mezcla de sentimientos que hacen ver lo peor de cada uno, lo más básico, no importa si los ojos están inyectados de sangre o si una sonrisa hipócrita alcanza los labios, cuando sale a flote tanto odio por los demás se puede ver que no sólo de amor surgen cosas.

viernes, 8 de junio de 2007

Isadora

Aunque sabemos que en esta cultura del exhibicionismo la sobrecarga de información es demasiada para el corto periodo de nuestras vidas, intentamos aferrar el máximo de elementos que concuerden con eso que soñamos. En ese camino lo que nos llega por instinto es relegado porque nos recuerda cuan animales somos, toda esa herencia manifestada en corazonadas e intuiciones sólo se tiene en cuenta cuando nada más funciona.

Se puede creer como Jacques el fatalista que todo cuanto de bueno y malo nos acontece aquí abajo, escrito está allá arriba; o, que somos 100 % responsables de lo que somos y que eso que llaman destino no es más que el resultado de un proceso lineal.
Para algunas personas sustentar sus decisiones en algo más elevado los ayuda a sobrellevar el peso de las consecuencias (quieren desesperadamente algo auténtico en qué creer). Otros son felices persiguiendo señales en un intento por encontrar la escritura del universo (reconocen la realidad de un sueño). Ninguno deja espacio para que ocurra un accidente, no creen en las casualidades ni los milagros, esconden los impulsos detrás de vicios. Ambos alucinan en la fantasía por el temor a un mundo demasiado perfecto.

viernes, 1 de junio de 2007

Rip Van Winkle

Intentando escapar del asfalto nos sentamos en la banca de un parque a imaginar la vida de los otros, sin envidia, sólo observando. De pronto volteamos a ver y todo lo verde ha desaparecido, no es desapacible pero no hay libertad y la única salida está cercada por un asunto sin concluir. Imaginando mil maneras para evadirlo se consume el tiempo necesario para entender que hay que enfrentarlo con la conciencia de que serán más las preguntas nuevas que las respuestas obtenidas, y aún sin estrategia ni fuerza se hace.

Una persona como cualquier otra que aparece a lo largo de la vida nos envuelve por un instante, nos atrapa en su mundo, nos encierra. Absorto en esos ojos el mundo no existe o no importa. La vida la define cada uno de esos encuentros, concentrado e inconsciente. Y al final como llega se va, luego de agotarla y al intentar racionalizar los motivos que te acercan a ella olvidas el encanto de la casualidad.

Así como vivir pensando en la inminencia de la muerte nos amarga la vida, lo imperecedero nos aleja de lo sencillo. Es necesario sentir la precipitud de la eternidad para poder aspirar a la inmaculada concepción de momentos fugaces, porque sólo de la ilusión germina lo inolvidable, de la inseguridad las fuerzas para conservarlo.

viernes, 25 de mayo de 2007

Mantra

Hay ocasiones en las que cuando las palabras salen de la boca suenan extrañas, como si las hubiera dicho otra persona. Al principio se cree que no se utilizó la combinación indicada de términos que se deseaba o que fue un lapsus ante la incapacidad de hacerse entender. Pero más temprano que tarde el inconsciente se retrae diciendo que nada es gratis, que cada letra sale por una razón y que sólo cuando la resonancia de las cuerdas vocales retumba oímos lo que necesitamos. Aprendemos a escuchar a otros pero no a nosotros, movemos los labios creyendo firmemente que es el resultado de un proceso cuando es más valioso lo involuntario. Todo se conecta pero no de manera evidente y lo que confunde después será obvio.

viernes, 18 de mayo de 2007

E = m•c2

Hay momentos en la vida en los que esa creencia griega de que el corazón quedaba en el pecho parece cierta y se siente tanta desesperanza que duele. Todo se desacelera desesperadamente y la razón intenta contraponer esas sensaciones con proyecciones sensatas y equilibradas de la realidad, pero las ganas de continuar se hunden con tanto peso y tantas lágrimas. Sin embargo, llega un día en el que todo se ve diferente, el tiempo pasa lento pero al menos se mueve, no sólo se comprende la geometría del universo sino que se verifica con cada mirada, parece cierto que no se muere de frío y comienza una nueva vida (como la de Dante). Justo donde el alma va tejida a las tripas se siente el click que nos recuerda que somos humanos y que todos pasan por lo mismo.

No importa si todo se vuelve a repetir absurdamente parecido, con una sabiduría extraña hecha a punta de coces el tono de las decisiones suena diferente. No sin miedo se vuelven a poner todas las fichas a un número con la esperanza esta vez de ganar. Y cuando la adrenalina anda libremente por el sistema nervioso el cerebro deja de joder y es el corazón el que manda impulsos, el color de las cosas se reevalúa porque la misma definición de los colores cambia y parece mentira tanto por tan poco. Pese a todo el recuerdo no se contamina, se queda en un rincón de la cabeza guardado, atesorado pero al fin cerrado. No hay libros eternos ni historias sin fin, sólo capítulos con personajes que mueren y renacen, ciclos y altibajos memorables. La eternidad existe pero es más complicado que dos líneas paralelas en el infinito, se parece más a un plato de fideos.

viernes, 11 de mayo de 2007

Splash

Sólo por un instante que parece eterno dos personas tienen el mismo pensamiento a la vez. Caminando por la calle atiborrada de una ciudad, en un intento por hallar la una solución a las preocupaciones, una expresión totalmente plana infunde soledad y uniformidad a cada uno de los que se cruzan. Sin saberlo cada una sale de un punto opuesto para encontrarse sin desearlo en un baile incomodo y fuera de toda la lógica de la precisión y la efectividad citadina. A pocos metros saben qué sucederá pero evitarlo los confunde más, no es que el andén sea demasiado estrecho es sólo que ambos desean pasar por el mismo lado al mismo tiempo. Puede suceder que se choquen y se enamoren perdidamente o que se rocen contrariados, todo se enmendaría si se miraran a los ojos pero lo evitan implacablemente.

viernes, 4 de mayo de 2007

Cariatides de papel mâche

El mundo no es blanco y negro, de la misma manera las personas no son simplemente buenas o malas; sin embargo se espera que la gente actúe de manera consecuente con sus antecedentes. Es preferible ver las cosas de manera radical porque los matices desconciertan y asustan. Es como cuando el personaje de una novela, un gobernante déspota, hedonista y asesino muere horriblemente reconociendo tardíamente sus errores. Pero en las noticias los dictadores tienen una bella esposa e hijos inteligentes, fundaciones benéficas y mueren de viejos. Siempre hay más de una posibilidad, cruces de camino sin retorno que cambian vidas, es absurdo intentar someter el destino al arbitrio de lo negativo y lo positivo cuando detrás de estos hay más.

viernes, 27 de abril de 2007

Tales

Aunque nadie lo recuerde, durante un periodo de nuestras vidas apenas si sabíamos respirar, pasamos lentamente de ser unos babosos dependientes de afecto, comida y cuidado a unos adultos con las mismas necesidades más sofisticadas. Duramos más que ningún otro animal aprendiendo lo suficiente para ser autónomos y aún más conociendo lo que no se sabrá.

Tener la conciencia existencial de que la combinación de experiencias, azares y oportunidades moldea de manera única a una persona permite entender la necesidad de especializarse.

Y llega el día en que dos personas paradas frente a una obra maestra reconocida por miles como tal sienten un estremecimiento, una porque esa mezcla de argumentos culturales logra hallar múltiples conexiones, la otra sin tanto perendengue siente lo mismo, sin entender muy bien porque la belleza lo agrede sabe algo sin nunca haberlo aprendido.

viernes, 20 de abril de 2007

Del parpadeo de un robot

Nuestro cuerpo responde antes que la mente ante estímulos rutinarios o de los que dependen la vida. Pese a ello, se exagera la petición social de pensar antes que actuar. No siempre la razón configura los hechos sino que las sensaciones arrastran los sentidos por senderos inesperados y la mayoría de las veces placenteros. Porque si bien le tenemos miedo al cambio lo inesperado moldea mejores experiencias.

Deseamos tantos objetos cuando al final lo único realmente propio son los recuerdos, viajamos en el tiempo reconstruyendo lo que creímos vivir y planeando lo que nos falta, trasladamos lo que somos hoy tanto al pasado como al futuro porque esa conciencia de sí mismos es más importante que la información para sentirla nuestra.

El tiempo no es oro, no es únicamente ese vector que avanza sin predicamentos en pos de nuestra muerte. Si la vida igual con cada respiro se está yendo por qué cargarla de complejidad y cosas que no nos gusta hacer, Gozar de las cosas sencillas se lleva nuestro aliento lentamente, cada cosa que hacemos es valorada en una dimensión que sólo nos importa a nosotros.

viernes, 13 de abril de 2007

Islas del cielo

Claro que ese cúmulo de información genética que recolectamos durante miles de años determina gran parte de nuestros intereses sobre todo los que garantizan nuestra supervivencia, además de los años de historia moral y formación religiosa que completan los vacios necesarios para una vida en sociedad y una manera de que esos instintos básicos se mantengan a raya.

Pero ese fuero interno que logramos perfeccionar en nuestra adolescencia funciona sólo en situaciones más o menos predecibles o normales con respecto a la expectativa, lo que hacemos en condiciones exageradas es material de la televisión de realidad y las comunidades en Internet. Sin embargo, no siempre las personas van en contra de sus principios porque el argumento los obliga, a veces la gente roba, viola o asesina por aburrimiento, porque tantos años de historia sólo le sirven para saber que la historia no le sirve para nada (si me permite Hegel).

viernes, 6 de abril de 2007

Sparks

Sé que es un paralelo extraño y que tal vez pueda ofender a alguien pero es de lo más inocente: Internet es un ejemplo de lo que sería el mundo sin un dios o mejor dicho sin el control de las religiones.

Nuestra vida en sociedad está armada sobre unos patrones de comportamiento que no sólo están controlados por las leyes sino que nosotros mismos inhibimos ciertos comportamientos que nuestra moral nos restringe. En la red nada de eso sucede, el anonimato permite que cualquiera haga lo que quiera y cuando quiera, en la medida en que la gente logra desdoblar su personalidad y crear un ente virtual lo hace para manifestar lo que en la realidad su código le prohíbe. Y no sólo se trata de sexo, tiene que ver más con la clase de información que no se nos ocurriría buscar en una biblioteca pública, la clase de personas con las que conversamos en el trabajo o los artículos que compramos en el supermercado.

Cuando las personas ocultan su verdadero rostro se dan cuenta que no es necesario esconder nada y ante la falta de estímulos emocionales serios (una mirada por ejemplo) las interacciones se arman a partir de malentendidos, de impulsos rebeldes y de lo que se envía sin pensar en las consecuencias.

viernes, 30 de marzo de 2007

Tex-mex

Hay dos grupos de personas consideradas especialmente capacitadas para hacer varias cosas a la vez: los adolecentes y las mujeres. En el acelerado mundo moderno la adaptación al bombardeo constante de información multimedia y la necesidad de responder adecuadamente a cada vez más responsabilidades se califica como el resultado de la evolución sensorial acreditada por la cantidad de acciones realizadas.

El cerebro se concentra en algo, halla conexiones y resuelve un problema a la vez, cuando se cree que es capaz de operar simultáneamente en varios contextos realmente se le está pidiendo que en pequeños lapsos salte conscientemente al elemento que lo desconcentró. No realiza varias cosas a la vez, sólo abandona una cosa para hacer otra.

Actividades como ver televisión, escuchar música, jugar, hablar por teléfono, responder mensajes instantáneos, estudiar y redactar documentos, no se ven hoy en día desconectadas entre sí. Sin embargo, la información debe ser fácil de leer y estar frente a los ojos, si es profunda nadie va a tener tiempo de digerirla, la concentración se limita a libros con letra grande y muchas fotografías, programas de 40 minutos, comerciales de 20 segundos y páginas de internet que cargan al instante.

viernes, 23 de marzo de 2007

Gang

No sé que es peor si acostumbrarse lentamente a la desigualdad de la vida o sorprenderse cada vez que una injusticia aparece en las noticias. La contaminación, la pobreza, el hambre, las enfermedades, las guerras, la corrupción, y un larguísimo etcétera. A gran escala viendo CNN o de manera particular viendo el noticiero local. Sólo cambia la escala y la publicidad: si es en un país industrializado se cambia comida por fascismo y en uno subdesarrollado no saben ni qué es eso.

viernes, 16 de marzo de 2007

Sniff

Antes cuando un grupo de amigos se reunía en un bar a tomar una copa o simplemente a conversar se suscitaban entretenidas disputas sobre temas de cultura general de los que nadie era especialista, sobre lo que alguien había oído o había creído oír. En ese entonces existía la posibilidad de que una pregunta quedara sin respuesta, el tarareo de una canción sin título o una palabra sin significado. Pero ahora siempre hay alguien que saca su PDA o celular del bolsillo y se conecta a Wikipedia y resuelve el lío.

Después de dedicarle varas horas a youTube sin ningún objetivo en particular queda la sensación de que es absolutamente innecesario volver a grabar algo ya que todo lo ha sido desde distintos ángulos; lo mismo pasa con Flicker y las imágenes. No es una pérdida, se abren nuevas posibilidades limitadas siempre por el ancho de banda.

viernes, 9 de marzo de 2007

Bang

Vivimos en una esplendorosa época para manifestar nuestros más extraños deseos: ya nadie esconde sus adicciones, pocos mienten sobre sus miedos y menos aún sobre sus fantasías. Era inescrutable nuestra intimidad hasta que el inconsciente la sacaba en soledad. Pero ahora parte del disfrute y sanación de lo reprimido está en compartirlo,;los vicios son esa exaltación capitalista de antiguos ritos llevados al exceso.
Resulta que todos escondemos algo porque la infancia de nadie fue perfecta. Lo único anormal es no tener fetiches y adicciones, disfrutar de las cosas como vienen es posible pero su gracia aumenta cuando son perseguidas y censuradas.
Cuando alguien abre la boca para manifestar la desnudez del emperador todos lo hacen para confesar la propia.

viernes, 2 de marzo de 2007

Tactar

Hay quienes llenan páginas de letras y dibujos con una rabieta en contra del vacío, el blanco ocupa en esas mentes un contraste necesario para sus necesidades representativas. Por otro lado hay quienes se sienten absurdamente pequeños ante la posibilidad de la creación, es como si el contacto físico con el papel (no a través de una impresora) los apaleara. Pocos se guardan para sí el derecho a tachar y borrar, de dejar una marca del proceso del pensamiento, de la evolución de una idea. La tecla suprimir manda al olvido las múltiples dimensiones desechadas. Una versión final tiene una historia tan aséptica que parece sacada del sombrero de un mago. Es la supremacía del resultado sobre la labor.

viernes, 23 de febrero de 2007

God-zila

Cuando admiramos tal o cual personaje extendemos desde sus logros un halo de magnificencia que cubre su vida y su personalidad; luego al enterarnos de matices reprochables o deslices espirituales preferimos pensar que no afectaron su obra, como si esta fuera un producto etéreo de un universo más limpio. Sin embargo, abundan paradigmas de la ciencia y el arte a los que un nimio accidente en la niñez determinó su futuro.

No siempre es relevante conocer la vida de un creador, pero todo sin importar lo insignificante que parezca es producto de la vida anímica, deseos personales y procesos evolutivos que siempre pernean lo que loamos.

viernes, 16 de febrero de 2007

Mágica-mente

En un extremo colocamos a los asiduos consumidores de azar que piensan que un balanceo especial de la mano hace que los dedos caigan como quieren, en el otro a esos escépticos de religiones y supersticiones que hallan una explicación racional para todo.

En la mitad se halla el resto, gente que quiere sentirse bien un lunes por la mañana. Gente que entrega su confianza a pequeños rituales para sobrellevar el caos que la rodea. Que convierte vínculos casuales en señales, que le arranca a la cotidianidad un fino halo de fantasía para calmar temores imaginarios con un pensamiento mágico.

viernes, 9 de febrero de 2007

Ay caramba

Si la realidad se va creando a medida que la observamos no somos responsables de nuestros actos hasta que alguien nos observa. Somos meras posibilidades con una fuerza infinita contenida esperando el momento justo para actuar.

Es entonces cuando escuchamos la palabra caos y nuestro cerebro recrea imágenes fragmentadas, desordenadas, sin relación ni contexto. Nuestras decisiones se van hilando encadenando actos y consecuencias sin relación aparente, enviando cantidades ingentes de energía al espacio sin recibir directamente nada a cambio.

Hay quienes inventan dioses para sentir que su existencia hace parte de algo más grande que lo contiene; otros buscan detrás de las fórmulas el lenguaje con que fue escrito el origen de todas las cosas. Unos y otros buscan ese pentagrama universal conde la vida suene con armonía, ese punto donde todas las diagonales se cruzan, esa luz en el cielo que los guíe.

El destino de los hombres dentro de un número aparentemente infinito de posibilidades recrea una y otra vez lo de sus antepasados. Practica el mismo juego de manera cíclica sin darse cuenta que sigue unas reglas tan elásticas que parecen inexistentes. Cree en las casualidades de la vida cuando un vértice de lo predestinado se deja notar.

viernes, 2 de febrero de 2007

Morituri

Los antiguos miraban el camino porque dirigirse a cualquier sitio era extenuante e incierto, preparaban su equipaje, miraban el cielo y sentían el viento, daban un último vistazo al lugar que los hospedó y partían con esperanzas y expectativas.

Cuando Ulises llega a Ítaca se acaba la historia, no importa cuan importante se nos plantea la idea de llegar al hogar se va hilvanando como entre bruma a través de los cantos.

Ya nadie mira las autopistas ni las nubes, los pueblos de carretera se parecen entre sí. Lo único que importa es ese punto que se trazó como objetivo. Los avisos reflectantes calman la ansiedad y la película que pasan termina de matar ese tiempo ya muerto.

La conciencia de la historia que nos precede nos hace apurarnos por llegar al final. Anotar en la planilla la hora de salida y que nuestros hijos retomen el legado. Llegar e irse porque no hay tiempo para hacer ese gran acto que redima nuestras vidas.

Sólo por azar como un gen defectuoso alguien decide aprender, siempre añorando, con nostalgia, pero entendiendo que son las incertidumbres del paisaje las que maravillan.

viernes, 26 de enero de 2007

Crab’s

Quién no se ha sentido burlado cuando descubre que el aparato que compró hace un par de meses cuesta la mitad y que por lo que pagó en ese entonces consigue algo más sofisticado.

La gente es conciente que con el tiempo los objetos se desgastan y hay que reemplazarlos, pero la velocidad con que la tecnología se hace obsoleta actualmente es insultante. Las cosas hoy en día no dejan de funcionar, sólo se vuelven mejores, más rápidas y por supuesto más baratas. Las pantallas planas con más resolución, los teléfonos con más funciones, los reproductores de música y USB con más capacidad y las cámaras con más píxeles.

Algunos aspiran mantenerse a la vanguardia, adelantándose al futuro comprando cosas que aún no están en capacidad de utilizar a precios elevados. Se puede culpar a los diseñadores por crear cosas irresistibles o comprar lo que se necesita, cuando se necesita sin lamentarse cuando la siguiente generación apabulle la novedad.

viernes, 19 de enero de 2007

Joie

Hay una clase de objetos personales utilizados para adornar el cuerpo. Son tan especiales que dramatizan su estatus y realzan su belleza. Hacen sentir a su dueño agradable y orgulloso. Quienes usan joyas quieren llamar la atención, demostrar riqueza y ante todo ser mirados.

El hombre toma un material de la naturaleza y conciente que por su escasez sea costoso y bello. El trabajo le da otro valor, pero es el ser humano el que carga estos elementos con momentos y sentimientos, con situaciones y humores. El sentido de pertenencia y de intransferibilidad les imprime recuerdos vivos.

Pese a que de comienzo son piezas ornamentales con una función estética y corporal, diseñadas y luego modeladas con las manos. Se internan en la mente, se presentan en la esencia y personalidad del ser, al estar tan cerca de su corporeidad tocan su pasado y sus sueños, lo hacen viajar en el tiempo a los hitos de su forma de ser.

Sin embargo, no todo lo que cuelga es un adorno y para algunas personas (no sólo marineros y presos como piensan algunas mamás) llevar algo que los represente se les mete en la piel con tinta. Esas pequeñas obras de arte (aquí la subjetividad toca su máximo esplendor porque a menos que sea demasiado el vino en la jiñapa la decisión es personal) cubren la frontera del cuerpo con algo que recorre dentro y que sin abrir la boca se desea expresar.

La aguja rompe la piel y cada andanada de sangre borra el bosquejo, las manos buscan la línea, la imaginan y saben que al desinflamarse la decisión de haber utilizado al cuerpo como un lienzo tiene recompensa cada vez que se observa y se recuerda. El tatuaje es la joya más personalizada que a través de unos trazos y unas sombras intenta condensar lo que fuimos, lo que nos marcó y lo que deseamos tener siempre encima.

viernes, 12 de enero de 2007

Wootz

Las galerías de arte representan un reducto alternativo del arte convencional en cualquier época; junto con los salones temporales y uno que otro museo de arte contemporáneo son la manera de conocer para donde se mueve la modernidad.

Ya no es necesario ir a una catedral con un cebo en la mano para ver la majestuosidad de una obra. Las estructuras compiten ahora en grandilocuencia con lo que contienen para congregar turistas consumidores.

En una época en la que, sin exagerar, cualquier elemento de uso es elevado a una condición plástica posiblemente apreciable, donde los conceptos parten de la cotidianidad y donde un puñado de esnobs deciden las tendencias futuras, se hace necesario tomar partido.

Tal como sucede con la música: después de perder la inocencia con The Rolling Stones y de enamorarse de The Beatles, llega un momento en el que todo ser humano debe decidirse por uno de los dos so pena de perder a ambos con el tiempo.

Muchos pueden, sin embargo, soportar la cadencia con que las instalaciones y performancias intentan desbaratar paradigmas, pueden ver en uno que otro artista moderno ese germen tan fructífero de las vanguardias, además, ver todo eso en la misma línea de flotación del arte clásico. Son capaces de hacer paralelos entre Giotto y Ron Arad.

La única diferencia entre arte y belleza debería ser el tiempo. Lo bello debería emocionar como un golpe seco las emociones de quien lo admira, si para entenderlo es necesario conocer las razones del artista no vale la pena. Prefiero un Giovannoni que un Shaw.

Pero cuando oigo que un Botero cuesta un millón de dólares o que una de las obras más importantes del arte colombiano de los últimos treinta años son un montón de medias veladas rellenas de tierra no puedo evitar pensar que están lavando dinero.
Hay cosas en las que es mejor quedarse obsoleto, acoger esa frase de “todo tiempo pasado fue mejor” y consolidar al diseño como ese nuevo alter ego de nuestros espíritus.

viernes, 5 de enero de 2007

Tau

Cada vez que uno piensa en la ley de Murphy el universo se confabula para que las cosas salgan de la peor manera. Pero la culpa no es de una regla escrita en un gran rollo allá arriba, la predisposición es la madre del pesimismo.

Toda madre en algún momento tuvo que decidir entre si decirnos que lo que nos estaba dando era aceite de hígado de bacalao o decirnos “pruébalo, te va a gustar”. Si a la edad de seis o siete años logramos hacer una imagen mental de lo que podría ser una babosa emulsión de las tripas de un pez nuestra respuesta era correr o llorar después de elegir entre respirar o tragar. Si por el contrario fue una de tantas veces en la que fuimos engañados para tomar un jarabe creo que de adultos agradecemos ser unos vigorosos crédulos.

La expectativa daña la experiencia sin importar hacia que lado de la balanza se incline. Si nos dicen que tal película es buena la vemos esperando ese momento de esplendor que la salve. Si nos dicen que tal restaurante es malo agradecemos no haber hecho caso y haberlo visitado. No tiene sentido entonces leer la critica de una novela cuando el juicio de quien la escribe está supeditado por miles de circunstancias ajenas a lo que leyó.

Sin embargo leemos y oímos los consejos de otros ante la incapacidad de disfrutarlo todo y completamos el círculo sirviendo de filtro para otros.

Que rico es un omelet cuando no nos enteramos cuanto ajo tiene.

 
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