viernes, 27 de junio de 2008

Tumaturgia

Sobrevivir no es vivir y sin embargo el abanico de posibilidades se cierra en la medida que el torbellino del mundo moderno absorba lo esencial. Más se convierte en menos, objetos, necesidades, imágenes, productos que se consumen con la velocidad con que se producen. Se iconiza un punto imposible de alcanzar. Un coleccionismo eterno donde lo acumulado recuerda lo que falta. Un juego sin final donde los objetivos se desplazan a medida que se avanza.

viernes, 20 de junio de 2008

Dossier

El mundo es tan grande como la mirada que se lance hacia él. Inmerso en una galaxia no es más que un puñado de elementos tan singular como cualquier otro. Desde el agujero de una cerradura parece inaprensible. Es posible cambiar la escala constantemente para sentirse parte de él o para abstraerse de sus avatares. Hay una exacerbación de la individualidad cuando lo social se manifiesta asfixiante y al contrario cuando los egos personales desprenden la unión con el pasado.

viernes, 13 de junio de 2008

Sarao

La crisis nos define como humanos, no importa a qué situación nos enfrentemos esperamos otra cosa de ella, más o menos, pero diferente. Tememos y esperamos los altibajos, esos picos que nos sacan de la quietud. El quid está en disfrutar los momentos positivos al máximo con la consciencia que tarde o temprano se irán y adaptarse a los negativos ya que dejarán paso a nuevos renacimientos.

La hierba es más verde en el patio del vecino, el plato de la mesa de al lado se ve más apetitoso... Pero justo cuando cruzamos la cerca, cuando hundimos el dedo en ese pudín de tapioca (arriesgando lo conseguido) nos damos cuenta que la inseguridad y el inconformismo elevaron por encima de sus posibilidades lo deseado. Entonces lo que parecía apetecible se revela odioso, lo que se vislumbraba placentero es hostigante. Pero ya es tarde para volver y de nuevo queremos lo que no tenemos.

viernes, 6 de junio de 2008

Coppelia

Sucede cuando al pasar saliva la presión del aire acumulada en el cráneo cambia de tal manera que se forma una perfecta caja de resonancia, que en la mayoría de los casos es soliviantada por un carraspeo tal vez por la sensación extraña de escuchar los pensamientos. Pero cuando la postura y el ánimo se inclinan por experimentos al mejor estilo de John Cage para hallar el silencio absoluto, se abre una brecha en la consciencia que comienza a recapacitar sobre la vida y termina comprometiéndose con el mundo.

Primero el corazón que al sentirse escuchado se acelera, ese movimiento sanguíneo que se trasfiere a la pupila y por ende a todo lo que existe, los jugos gástricos y esa gota saciable que se abre paso en un movimiento involuntario de la garganta por tragar. Y como al finalizar una cinta la realidad se esconde tras esas frecuencias que lo hacen a uno sentir trabado o loco.

 
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