viernes, 30 de octubre de 2009

Aldebarán

llevar un estilo de vida normal significa vestirse con la ropa que se ha comprado para ir a la oficina y conducir lentamente en medio del tráfico de la urbe un auto pagado a crédito, todo ello para llegar a un puesto de trabajo necesario para pagar la ropa y el auto, además de la casa que se la pasa todo el día vacía.

viernes, 23 de octubre de 2009

Chincholines

Cómo darse cuenta que es el momento indicado de dejar de lado la cómoda costumbre y arriesgarse a cambiar. Da miedo y es porque a la mayoría se le olvida que no vino al mundo a tachar una superflua lista de clichés sino a encontrar esa cosa única e individual que solo en el momento y en el lugar indicado hará explosión en la forma de una sonrisa o una lágrima. Cómo saber cuál es el camino definitivo o la persona indicada para decidir dejar de buscar.

viernes, 16 de octubre de 2009

Nuts

Respirar es morir o saberse todavía vivo. Cada vez que el aire pasa por las fosas nasales el cuerpo se corroe. No se trata únicamente de hacerlo más despacio para que la sangre no se oxide sino entender sosegadamente los finales para aprovechar los comienzos.

viernes, 9 de octubre de 2009

Rotwang

Ocho horas al día metido en un diminuto cubículo haciendo una y otra vez cosas que con la costumbre se creen apreciar. Esas cosas, virtuales o reales, inflan las fortunas de unos pocos y no es necesario ser marxista para entender que la alienación del trabajo va más allá de unas paredes de vidrio esmerilado: infecta el camino a casa, los deseos transformados y la supuesta recompensa del descanso. La connotación esclavista del trabajo ha tocado la vida misma. Los que cargaban bloques para construir pirámides lo hacían para asegurar su acceso a la eternidad, los obreros de las metrópolis pasan horas frente a una pantalla para...

viernes, 2 de octubre de 2009

Schrödinger

No interesa si puedes comprarlo o no lo que realmente importa es la posibilidad, es la utopía del progreso que promete sueños cumplidos a quien se esfuerce. Ford decía que la gente podía tener el carro del color que quisiera siempre y cuando fuera negro, ahora el abanico de colores es más amplio pero hasta ahí llega el poder de elección. La disyuntiva no está en comprar sino en cuándo y en dónde hacerlo. Las personas pueden ser felices con cosas extraordinariamente sencillas, el truco está en empaquetarlas en una bonita presentación para venderlas a crédito; es una versión subconsciente del traje del emperador, nadie se atreve a decir que no lo está disfrutando tanto por lo mucho que le ha costado conseguirlo.

 
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