viernes, 28 de octubre de 2005

Des-Flor/Arte 5

El video-arte es un sistema de representación basado en el sonido y en la imagen y la manera como están decantados es la forma que el artista elige para lograr los efectos que desea.

El video si llega a ser calificado de arte es porque logró mover los sentimientos y los pensamientos del espectador, porque el mensaje que envía es recibido en el lenguaje adecuado.

El video nace en la época en que los medios visuales dominan la espacialidad, no sólo por la masificación de la televisión y el cine, sino por la importancia que para el capitalismo es la publicidad y los medios de comunicación para vender las ideas.

El espectador necesita forjar una biblioteca de experiencias para concebir de mejor manera lo que está captando y si el número de relaciones que elabora es más nutrido mejor y más fructífera será la experiencia de apreciación.

Por un lado Internet y los medios de comunicación han convertido miles de imágenes y sonidos en clichés y garabatos de cultura popular para generalizar conceptos fáciles de captar en 20 segundos que dura un comercial. Por el otro las artes como vehículo de esencialidad intenta hacer contrapeso en las mentes de quienes se abren a la posibilidad de no tragar entero.

Entonces, si en la modernidad el 90% de la información del mundo es conducida por los ojos el video-arte intenta equilibrar las cargas componiendo armónicamente de sonido e imagen (y si lo pudiera de olores) un sistema que logre en cada espectador evocar y alimentar sus ideas y que de manera crítica reaccione a lo que lo rodea.

En el video-arte el sonido no es el complemento de la imagen porque sino sería un video clip, es un elemento que hace parte de esta, la forma y nace de ella.

viernes, 21 de octubre de 2005

Daikiri de plátano

Un tipo sentado frente a 8 monitores de 12 pulgadas partidas en cuatro secciones esperando a que las personas no acerquen sus manos con algún articulo demasiado a su cuerpo.

Como Dios él pude ver cuando nos sacamos los mocos y no importa si no nos enteramos. Y tal vez de eso se trate solapadamente la fe, de actuar sinceramente de manera virtuosa porque hay un ojo que ve todas las acciones, las juzga y castiga. Y está el bombillo rojo titilando para no olvidarlo.

Cualquiera con un teleobjetivo puede tener el control de disuadir las actuaciones de quien pasa enfrente porque se sabe participe de una grabación digital, reproducible y manipulable por ende.
Pero a través de la pantalla no pasa la realidad, a veces ni la representación de ella, porque si bien el objetivo simula las acciones del ojo, la profundidad, los colores y tamaños son falseados.

Por eso es tan común que los celadores se crean los dueños del edificio además debe ser divertido poner en práctica los sueños de Orwell con potentes zoom y demás artilugios.

viernes, 14 de octubre de 2005

Umbral del deseo

Y claro que pasan los años y la barriga crece, salen pelos donde antes no salían y además blancos, la piel se arruga y se vuelve flácida. El ceño se frunce más a menudo y esa expresión que rebota al bañarnos la boca se hace progresivamente malhumorada. Las rutinas se hacen monótonas y esas personas que llevan a nuestro lado tanto que ya no se recuerda desde hace cuanto son como espejos.

Los hombres viven más que sus padres, tienen más cultura que ellos, y tienen la oportunidad de transgredir leyes naturales con más facilidad y más dinero. Lo nuevo da miedo porque la costumbre de lo viejo es cómoda, no hay que moverse ni pensar.

Los mayas imprimían muescas en un palo para recordar lo que los había marcado en su existencia. Todo el conocimiento que posee un pueblo no se da de la noche a la mañana, sólo se aprende de las caídas, y a veces no son suficientes las heridas que nos dejan para no volver a repetir el mismo error.

Hoy en día no es necesario ser feo ni estar lleno de cicatrices para querer borrar la experiencia. Cada parte de nuestro cuerpo guarda en su forma no sólo algo de nuestros abuelos sino también un resumen de nuestra vida.

Los médicos tienen que comer, se especializan en cirugía y se encargan en nuestros días de despedazar a la gente. Claro que hay victimas de la violencia que sinceramente necesitan decenas de operaciones para cumplir con el mínimo de funciones que la sociedad les exige para no ser desplazados como los ancianos.

Pero si la evolución no le dio a una mujer de 18 años unos senos 34b perfectamente redondos y una nariz respingada, seguramente la doto de otros elementos que la hacen bella y muy seguramente inteligente.

Hay trabajos que requieren un cuerpo atlético y eso sumado con una baja autoestima y una personalidad definida por los anuncios publicitarios hacen que el que pueda inconforme totalmente con lo que tiene piense que porque no se parece a alguien más quiera ser otro y sencillamente se opere.

Parece que los realitys magnifican el hecho de que casi nadie está a gusto con lo que ha llegado a ser.

viernes, 7 de octubre de 2005

Empty vi

Los seres humanos cada vez nos sentimos más solos. Casi todo el mundo tiene prisa. Casi nadie sueña con grandes aventuras. Casi nadie tiene tiempo para largas charlas o para leerle un cuento a sus hijos.
El día se llena con múltiples actividades y al regresar al hogar nos sentimos tan fatigados que sólo deseamos conectarnos al televisor y contemplar las aventuras asombrosas o los desengaños amorosos de un montón de héroes de ficción que habitan las películas de acción o las telenovelas. Sufrimos con ellos. Hacemos fuerza para que una joven le demuestre a todos que no es insignificante y merece acostarse con el heredero de un sin fin de cualidades entre ellas el dinero.
También solemos gastar tardes y noches descargando archivos de Internet. Los niños juegan con aparatos de video y se conectan al celular o al reproductor de mp3. En algunas casas la familia completa cree compartir sus tardes mientras observa en silencio la pantalla. Es verdad que como todos los aparatos modernos entretienen, pero no podemos reemplazar nuestros sueños por las telenovelas, no podemos cambiar nuestros diálogos por videos musicales. Nada electrónico reemplaza a una persona cerca. Tomar las riendas de lo que nos sucede y de lo que vivimos es mucho más importante y útil que seguir adormecidos contemplando el destino de entes que ni siquiera existen.

Aunque paresca increíble tanta información bombardeada a miles de bytes por segundo no nos hace más inteligentes, sino que nos impide estar con nosotrois mismos, con nuestra memoria y esa posible creatividad que se desvanece.

Recuperar la fantasía es algo que sólo se logra desconectandose, atesorando la habilidad para crear sueños propios.

 
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