viernes, 27 de octubre de 2006

Sinfonietta

A veces reímos a carcajadas y no estamos felices, lloramos a borbotones sin estar tristes. Nos dejamos contagiar por la mezcla perfecta entre charada, gag y sarcasmo hasta que nos duele el abdomen, sentimos la tensión en los músculos de la cara y recordamos que esas líneas de expresión han sido gustosamente ganadas.

Hay veces que entendemos el ingenio de otros para sacar valor de la brutalidad, cuando logran arrancar risotadas de la crueldad, de situaciones que necesitamos purificar.

Pero hay ocasiones realmente excepcionales en las que sin tanta parafernalia sencillamente sonreímos. Como extrañamente satisfechos de lo que hemos vivido alcanzamos una efímera paz y logramos ver en cada cosa que nos rodea algo bello.
La mayoría de las veces sucede cuando tenemos cogida de la mano a esa persona que nos hace olvidar las sensaciones del mundo tangencial y se inventa uno para nosotros.

viernes, 20 de octubre de 2006

Todos tienen una Beatrice Portinari con quien soñar

Cuando dos cuerpos se encuentran y estallan por unos segundos tocan esa cuarta dimensión que Wells (Herbert) se imaginó 30 años antes que Einstein la inventara. Detienen el tiempo con la fuerza de un átomo fracturándose pero es tan efímera y los cuerpos tan terrenales que se hace necesario volver a la frustrante realidad.

Dos personas se cortejan, dependiendo de la época, para olvidar que son sólo cenizas, que pueden alcanzar con unas manos de carne y hueso algo que aunque explicable parece mágico.

Así como los científicos en alguna universidad inglesa "demostraron" que la sensación del amor no se diferencia en nada a la producida por una barra de chocolate negro, dirían que el orgasmo es la respuesta natural para que el hombre quiera prolongar su linaje.

Hay demasiada tinta arrojada sobre papel unas veces quemado y otras ni siquiera leído que ha intentado hablar sobre las más sencillas experiencias y, ante la ineludible subjetividad de lo bello no queda más que el arte.

Existe un efecto mariposa sobre nuestros actos. Decir que aunque no sea necesario el propósito procreador para copular no nos arroja sin razón simplemente al fornicar.

Siguiendo a Darwin, no somos para nada el estandarte de la evolución mucho menos cuando nuestras acciones se originan de las ganas. Si se dice que para que las cosas salgan bien hay que hacerlas con amor por qué no para variar hacer el amor con amor (sin New Age ni nada sólo amor).

viernes, 13 de octubre de 2006

Glam

Mientras me lavo los dientes miro por la ventana y del edificio del frente me llega el reflejo de esa entidad amarilla que me obliga a volver al ropero y cambiar de opinión.

Una camisa beige de manga corta y sin chaqueta. Aprovechando lo que para algunos es un buen día por el hecho de ser soleado camino hasta el trabajo y después de media hora, lleno de sudor y absolutamente fastidiado comienzo a lidiar con ese reflejo que se filtra por las persianas y da en la pantalla.

Pienso que con el pasar de las horas inevitablemente las cosas van a mejorar porque la tierra tiene que rotar pero luego de intentar mil posturas para ver lo que necesito el dolor de cuello me dice que no fue así.

En la tarde, con las manos pegachentas y el entrecejo cansado de evitar el deslumbramiento un arco-iris le da la bienvenida al primer ápice de paz del día. Mientras, la gente a mi alrededor no permite que las intermitentes gotas formen libremente prismas sobre sus cabezas sino que las espachurran sobre el vinilo del paraguas.

Como una cortina las nubes se cierran sobre el cielo y como si lo estuviera esperando, el viento va lanzando oleadas de agua a los que se esconden en las fachadas.

Muy en el fondo alcanzo a pensar en mi atuendo cuando los zapatos comienzan a sonar desaliñados y la piel se eriza. Pero no dejo de pensar que al fin y al cabo así es como debería ser Bogotá y no de otra forma.

viernes, 6 de octubre de 2006

Post-it

El mejor ejemplo de globalización se da cuando una compañía inglesa con sede en Suiza contrata outsourcing a una empresa holandesa con casa matriz en Noruega para que se deshaga de unos desechos químicos en costa de marfil a bordo de un carguero griego con bandera panameña.

Eso y el hecho de que un centro comercial es lo mismo aquí que en Miami, de donde no es necesario salir para conseguir lo más típico de cualquier sitio ya que es lo primero que se exporta. Sin embargo, existen cosas que ni la playa laguna de MTV ni Second Life pueden reemplazar y son esos pequeños momentos que sólo se pueden vivir en ciertos sitios y con ciertas personas.

Mientras la banda sonora de New York es el tráfico y su fruta es la manzana. En Bogotá como en ninguna otra parte el clima es sin igual. Nadie no sabe como salir vestido en la mañana; pasa del sol canicular al aguacero que inunda barrios y tumba árboles. No importa la época del año. Y existen miles de cosas que sólo se pueden vivir aquí, pero todas ellas matizadas por ese sol punzante que en segundos da paso a una impresionante lluvia.

 
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