viernes, 4 de julio de 2008

Tezontle

La mayoría de las personas no penetra en la maraña de sus pensamientos porque debe vivir el día a día, preocuparse por lo práctico de la vida y no por la teoría. Pensar lo que pensamos nos hace humanos pero problematiza con nostalgias, deseos y sueños la raíz del vivir. Ver lo que mueve los actos es correr el velo de los eufemismos para convertirlos es sensaciones. Sentir para vivir y no al contrario. Asusta porque cuestiona los paradigmas, critica la herencia y moviliza los pilares de los valores. No hacerlo es facilista, es agarrarse de lo seguro por temor a explorar y tal vez cambiar.

 
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