viernes, 26 de enero de 2007

Crab’s

Quién no se ha sentido burlado cuando descubre que el aparato que compró hace un par de meses cuesta la mitad y que por lo que pagó en ese entonces consigue algo más sofisticado.

La gente es conciente que con el tiempo los objetos se desgastan y hay que reemplazarlos, pero la velocidad con que la tecnología se hace obsoleta actualmente es insultante. Las cosas hoy en día no dejan de funcionar, sólo se vuelven mejores, más rápidas y por supuesto más baratas. Las pantallas planas con más resolución, los teléfonos con más funciones, los reproductores de música y USB con más capacidad y las cámaras con más píxeles.

Algunos aspiran mantenerse a la vanguardia, adelantándose al futuro comprando cosas que aún no están en capacidad de utilizar a precios elevados. Se puede culpar a los diseñadores por crear cosas irresistibles o comprar lo que se necesita, cuando se necesita sin lamentarse cuando la siguiente generación apabulle la novedad.

 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.