viernes, 3 de abril de 2009

Gomaina

El arte no existe para ganar monedas o para inmortalizar a su autor. Sino porque para el hombre es inevitable no hacerlo y no como una obligación, todo lo contrario: porque simplemente puede. Unas veces por disciplina pero las más por inspiración, las ideas, tímidas primero, comienzan a agruparse en la mente hasta que por una extraña reacción emocional logran estallar en creación. Qué importa si lo admiran o critican, si se ofrenda o vende. Todo por ese momento en el que lo tangible, gracias a lo que no lo es, es captado como algo sin sentido, chocante o tranquilizador. Después de mucho tiempo, cuando dejemos de existir como especie, todos esos gritos desesperados de poder hacia el universo serán una broma insignificante.

 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.