sábado, 18 de marzo de 2006

Ainadamar

Uno de los arranques de madurez que parte de la población masculina experimenta se da cuando decide tirar a la basura su colección de pornografía. En parte heredada y en parte conseguida a través de penosas anécdotas.

Años después cuando entiende que como hombre no termina de madurar reconoce que la cagó, que sin esas expresiones gráficas no puede recordar lo que vivió.

Gracias a la genética entendemos que la combinación entre una disposición y un ambiente favorable permite ciertas tendencias. A los hombres les gustan los autos, la tecnología, los videojuegos y las mujeres con poca ropa.

Afortunadamente libros no boto y rodeado de lo más granado de la ilustración francesa se encontraba “Juliette o las prosperidades del vicio” del Marqués de Sade, lo cual me confirmó que en procacidad hace más de 200 años estaban más evolucionados.

Freud decía que la única perversión sexual era no tener sexo. Sin embargo hay cosas que todavía sorprenden y que sirven para considerarse poco menos que degenerado.

 
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