Benicarló
Cuando el agua se mezcla con las lágrimas es como un matrimonio entre el cielo y los sentimientos. Es la comunión entre la inmensidad calculada pero imperceptible de la naturaleza y la particularidad accidental y llamativa de la subjetividad. Cuando el rayo de sol choca con una sonrisa es como si la espontaneidad de la carne y la pragmática del espíritu se dieran cita.