viernes, 18 de abril de 2008

Pentotal sódico

El hastío, cuando un día se parece al anterior, cuando se pierde la cuenta de la cantidad de veces que el cepillo ha pasado por el mismo diente, cuando el agua cae sobre los párpados y la realidad se convierte en esa cosa turbia que el cerebro acoge sin emoción. Los días se encadenan sin prestarle mucha atención a lo que se repite: que parece ser todo (el sol por el oriente, la comida convertida en bolo y las letras deslizándose en combinaciones veleidosas e hipócritas).

El rostro del que no se da cuenta porque tiene una camisa para cada día, una rutina de la cual aferrarse y de la cual anclar las ilusiones.

 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.