viernes, 4 de abril de 2008

Huneker*

Rainer María Rilke en una de sus elegías de Duino escribe que “lo bello es el comienzo de lo terrible. Es aquella parte de lo terrible que todavía podemos soportar”. Sin embargo, ¿Estamos seguros de que no puede existir algo en el universo tan sensible que el mero hecho de nombrarlo lo expulse de la existencia? Como si lo conociéramos todo, como si esa capacidad de develarlo todo tarde que temprano nos concediera el derecho de hacerlo aún con la nefasta consecuencia de hallarlo.

Vivimos en un mundo cerrado, no sentimos lo que vivimos, como si nuestro transporte no tuviera ventanas. Será que no oímos la música de las esferas porque suena todo el tiempo? Será que no oímos las olas por vivir frente al mar? No escuchamos las palabras pronunciadas. Nos fijamos pero no vemos. Nuestra percepción del mundo se ha agotado ya, todo lo que queda es reconocer objetos.

*Opus 25 estudio # 11 en La menor de Chopin.

 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.