viernes, 19 de mayo de 2006

Voyeur

A veces sentimos una fuerza más apremiante que nuestros valores que gana la batalla la mayoría de las veces por el control de nuestros actos planeados y decide sencillamente mirar.
Aprendimos de los vicios y las fobias con Hitchcock y en "La ventana indiscreta" las reglas básicas y los errores más comunes al fisgonear.
El estimulo para guardar silencio y observar la manera como otros viven en su supuesta soledad es la posibilidad de ser descubiertos.
Vale la pena recordar que con Freud todo tiene que ver con sexo, por eso el primer interés práctico y a la vez intuitivo nos tienta a dirigir la mirada al sexo que nos interesa.
La vida privada de otros no se compone de momentos especiales sino de actos cotidianos y monótonos. En las mañas, libertinajes y fetiches hay elementos para juzgar y comparar, ubicar dentro de un catálogo nuestros absurdos.
En un reality quien se para frente a la cámara con su complicidad pasa de ser un inocente atrapado a un mostrón. Los medios de comunicación unilaterales encubren el morbo, transmitir los actos en tiempo real no representa una ventaja.
Ocasionalmente las personas parecen no tener nada que ofrecer, se ven absolutamente aburridas, esto sucede porque son similares a mí.
Ver llena vacíos de nuestra vida pero mostrar llama la atención del letargo uniforme de la masa.

 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.