viernes, 11 de agosto de 2006

Experiencia elemental

Cada verano se libra una batalla intensa contra la tentación, aunque para voraces voluntades no importa si está lloviendo o nevando la sensación cremosa en la boca se disfruta igual.

Esta emulsión de aire, grasa y leche conocida como helado lucha por mantenerse unida evitando la cristalización del agua y conservar el encanto.

La suave impresión de la crema deslizándose por la lengua y la densidad hostigante en la garganta opacan el hecho de que el helado más exquisito proviene de la proteína clonada de la sangre de una babosa vivípara del Océano Ártico.

Ingentes cantidades de dinero son destinadas a la investigación de métodos para combinar el sabor del suero de mantequilla con el contenido nutricional del brócoli. Sin embargo es difícil desligar la naturaleza de lo sabroso a su capacidad para engordar.

Mientras algunos sienten el gusto por el helado de alta calidad olvidando el contenido graso, otros lamentan con deleite la culpa de las calorías.

 
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