viernes, 17 de agosto de 2007

Pintura en madera

A veces el tiempo se detiene, no avanza ni se devuelve, no hay recuerdos ni sueños, lo que se ve es lo que se tiene.Como en un elaborado efecto de Hitchcock el entorno se abstrae en pos del objetivo. La imagen se queda inmovil y una nota sostenida marca la ingravidez. Los colores se matizan en tantas escalas que se hace imposible describirlos. Provoca mareo tanta realidad. Es como si nos rozara un asteroide sin matarnos, la vida se convierte a partir de ese instante en una plegaria de ese momento, porque da miedo morir pero más vivir sin un propósito.

Sabemos los dialogos, los movimientos de cámara y de donde viene la luz pero en el momento indicado una risa nerviosa se congela en el rostro. Enfocar la escena perfecta en un ángulo especial, determinar la velocidad y la amplitud de obturación, todo listo pero nada ocurre.Nunca es suficiente tanta vida para acabarla dignamente.

 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.