viernes, 13 de julio de 2007

Cordelia

Puede estar la vista fija en un punto o buscando en el lado derecho del cerebro un recuerdo, como una puerta en el presente para tratar de digerir lo vivido cuando es demasiado complicado y se necesita más del tiempo que tardo en suceder para conectar las cosas, para hallar las causas de lo que viene y las consecuencias de los que se va.

Razonando o sintiendo se llega al mismo punto de partida cuando las más de las veces la primera idea es la más lúcida. La vida cambia todos los días y lo que parecía grave o definitivo ya no importa. Cuando nos responsabilizamos de las cosas se siente que nada es gratis y que las palabras pesan demasiado.

Deliberadamente necesitamos crear murallas en nuestra mente para ser capaces de prevenirnos de pensar que el mundo está totalmente en caos. Los extremos nos obligan a enfrentar lo más alegre y lo más triste para poder olvidar y seguir viviendo.

 
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