Giro de 0˚
Existe un raudal de trabajos que la gente del común cree que con la suerte adecuada y el tiempo disponible podrían realizar, sea porque parecen fáciles de aprender o porque habitualmente las ejercen absolutos ineptos. Con todo, la labor del artista está por encima de ello. Se cree que lo genial requiere condiciones excepcionales para surgir.
Antiguamente la obra hablaba por sí misma, tenía la capacidad de perdurar y empapar con su esplendor la procaz vida del autor. Ahora la vida del genio y sus avatares se vuelven tan importantes como el producto. Ya sea por la necesidad de adorar y desbaratar ídolos o por la creencia que los rasgos de la personalidad pasan sin filtros a la obra. La idea romántica del artista infeliz, solitario y amargado compite ahora con la de la estrella polifacética de los medios.